Un personaje destacado en la historia de nuestro bello Estado es la del reconocido Talabartero "Fidel Venegas", quien el pasado jueves 4 de febrero recibió un reconocimiento por parte de la Universidad de Colima como parte de un programa que se realizará con el propósito de homenajear a los artesanos que respaldan constantemente al recinto cultural con su creatividad.
Fidel Venegas "El Talabartero" es un hombre que forjó su oficio demostrando su habilidad y destreza en su primer encuentro con “la aguja y el cuero”, siendo el escenario el taller de don Jesús Morfín, viejo talabartero originario de Coalcomán, Michoacán, a quien le demostró buenas hechuras en su encomienda como aprendiz.
Don Fidel, hombre formado entre las labores y la gente del campo como otros muchos artistas populares que conocen las necesidades de su entorno, se familiarizó con los capataces y caballerangos en labores campiranas, y el trato con los caballos que facilitó su formación y dominio de las técnicas que se requieren en este oficio, como son el diseño de los diferentes cuerpos de piel, con los que se reviste el fuste y que cumplen funciones específicas, que después decora con la técnica de grabado y brocado que ejecuta con maestría, utilizando herramientas muy particulares que registran en la piel diseños que son inspiración y experiencia de don Fidel.
Fidel Venegas "El Talabartero" es un hombre que forjó su oficio demostrando su habilidad y destreza en su primer encuentro con “la aguja y el cuero”, siendo el escenario el taller de don Jesús Morfín, viejo talabartero originario de Coalcomán, Michoacán, a quien le demostró buenas hechuras en su encomienda como aprendiz.
Don Fidel, hombre formado entre las labores y la gente del campo como otros muchos artistas populares que conocen las necesidades de su entorno, se familiarizó con los capataces y caballerangos en labores campiranas, y el trato con los caballos que facilitó su formación y dominio de las técnicas que se requieren en este oficio, como son el diseño de los diferentes cuerpos de piel, con los que se reviste el fuste y que cumplen funciones específicas, que después decora con la técnica de grabado y brocado que ejecuta con maestría, utilizando herramientas muy particulares que registran en la piel diseños que son inspiración y experiencia de don Fidel.