El gran pensador y escritor español dialogó con los medios locales, donde dijo que a los jóvenes hay que tratar de educarlos, porque no hay lecturas mágicas ni recomendaciones fantásticas *Vengo a la Universidad de Colima porque es una institución muy prestigiada.
Un encuentro para pensar, educativo y con intensos chispazos de humor fue el que sostuvo el filósofo español Fernando Savater con los medios locales este martes por la tarde, y en el que dejó muy claro su irrenunciable predilección por la responsabilidad individual, por la libertad, por la paz y sobre todo por el humor. “No es que crea, dijo, que todas las personas serias son asnos, pero todos los asnos que he conocido en mi vida son serios”.
Fernando Savater (España, 1947), autor de casi cincuenta libros, está de visita en el Estado porque hoy miércoles por la tarde recibirá el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Colima, quien le reconoce con esta distinción “su obra filosófica y periodística, así como su lucha indeclinable a favor de la paz y la convivencia entre los seres humanos”.
De pantalones de mezclilla, tenis y sus infaltables lentes, Savater platicó por más de cuarenta minutos con los reporteros del Estado, quienes lo bombardearon con preguntas que fueron desde el poder y la violencia, hasta la educación, el amor y el humor. Todo lo respondió este hombre, un enamorado de México, país al que visita desde hace más de treinta años, y lo respondió con la lucidez de los grandes pensadores.Fernando Savater (España, 1947), autor de casi cincuenta libros, está de visita en el Estado porque hoy miércoles por la tarde recibirá el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Colima, quien le reconoce con esta distinción “su obra filosófica y periodística, así como su lucha indeclinable a favor de la paz y la convivencia entre los seres humanos”.
Agradeció “la invitación, el honor que me hace la Universidad”, y dijo que aceptó la invitación de la Casa de Estudios porque “la Universidad de Colima, a pesar de que no tiene tanta relevancia por el número de alumnos, como otras del país, es muy prestigiada; tengo amigos como Carlos Monsiváis y Adolfo Castañón que me han dicho que es una institución muy prestigiada. Además, tiene una excelente reputación, y me siento muy honrado con esta distinción”.
Con los jóvenes, dijo para responder una de las muchas preguntas, lo que se puede hacer “es tratar de educarlos; es lo que he intentado toda mi vida, porque no hay lecturas mágicas ni recomendaciones fantásticas. Uno sólo puede tratar de esclarecer, de ayudar y acompañar a los jóvenes en el camino que a uno le toque, hasta que ellos piensen y hagan por sí mismos”.
En este sentido, cree Savater que la lectura “es una fuente esencial de conocimiento y desarrollo mental, y por eso siempre la he recomendado, la que sea; tampoco creo que se tenga que empezar a leer Crimen y Castigo de Dostoievsky desde el primer día de la infancia. Está bien incluso que se lea a Harry Potter; lo importante es que la lectura se convierta en una pasión, y no en una obligación”.
Para él, esta época “no es peor ni mejor que otras. Siempre, todas las épocas, si uno lee los testimonios, la gente está convencida de que vive un tiempo de especial maldad, de especial horror. Todas tienen horrores y maldades, y también todas tienen momentos de generosidad, de esfuerzo y de creación, y lo único que debemos hacer es potenciar esto último”.
Como ha venido repitiendo en otros foros, dijo que “la buena educación es cara, pero la mala educación los países la pagan mucho más cara, por eso tenemos que apostar por gastar en la buena educación y no por gastar en reparar los perjuicios de la mala”. Estas apuestas, agregó, son a largo plazo, no de meses, sino de diez, quince, veinte años.
Criticó la reducción de apoyos a la educación, sobre todo para las humanidades, y les recordó a los funcionarios que “la filosofía nace en el mismo lugar y la misma época que la democracia. Aparecen juntas, y en cierta medida significan lo mismo, es decir, la ruptura con tradiciones, con supersticiones, con leyendas, con un saber acrítico que hay que acatar”.
“Me parece grave, agregó, que nuestras democracias crean que pueden suprimir la filosofía, sobre todo cuando en nuestra época se están viendo fanatismos y las creencias en lo inverificable ocupan el lugar de la filosofía, que al menos es un reflexión sobre los fines y los objetivos de la vida. Si la suprimimos, entonces tendremos que acudir a los exorcismos, a las religiones, como única explicación del mundo, y a mí eso me parece un regreso al medievo, no un avance”.
Luego afirmó que, “en una sociedad democrática, políticos somos todos. No existen los políticos; existen los futbolistas o los bomberos, es decir, personas que se dedican a una cosa especializada, pero políticos somos todos, y las personas que transitoriamente ocupan un puesto de mando son nuestros mandados, aquellos a quienes hemos mandado mandar, por lo tanto, cuando hablemos de los políticos hay que hablar de nosotros, qué es lo que pensamos hacer nosotros ante las cosas, no qué van hacer los políticos, ya que nosotros no hemos dimitido, porque la soberanía está en nosotros, no en ellos. No voy a aconsejarles nada a los políticos porque ellos están a nuestro servicio, a ellos tenemos que decirles lo que queremos que hagan, y elegir a quienes queremos que hagan las cosas que nosotros queremos”.
Dijo también, al hablar sobre los hijos, que aunque los padres quisieran evitarles un peligro, es necesario entender que “todas las vidas se fraguan y que uno aprende a base de revolcones, disgustos y golpes. No podemos evitar las lecciones que da la vida”.
Al terminar el encuentro con los medios, el gran pensador se tomó fotos con algunos reporteros y firmó autógrafos.
fuente: http://elcomentario.ucol.mx/Noticia.php?id=1265782379
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