Gilda Glenda Callejas Azoy
Innovación es la palabra del día. Enfrentar su reto es asumir que existen paradigmas culturales diferentes; caminos novedosos para la comunicación, formas diversas de entender la creación, y un sinfín de posibilidades para interactuar. Las “expresiones” de ida y vuelta han convertido al universo 2.0 en aliado perfecto para el desarrollo de quienes se dedican al mundo del arte y la cultura: instituciones, empresas, promotores, artistas…
El reto de estos tiempos supone el replanteo de los usos y funciones de la tecnología disponible - para todos los públicos- en la red de redes. Las instituciones culturales deben asegurar que los accesos a sus capacidades concretas tengan un paralelo en el medio digital. La comunicación de productos y servicios es tan solo un camino. Hay otros, crear contenidos para formatos móviles; cursos, talleres, conferencias, museos y viajes virtuales, que contribuyan a la formación, apreciación y difusión del arte. Son sólo ejemplos.La democracia y la interactividad, han logrado la preponderancia de Internet. La integración de información que proviene de cibernautas debe ser asumida como un canal eficaz de retroalimentación. Facebook, Twitter, My Space, Youtube, Flickr y otros líderes de las redes sociales, están lejos de ser una moda, constituyen potentes herramientas que, cuidadas, orientadas, dosificadas pueden conducir a excelentes resultados en el trabajo de las instituciones culturales.
La proyección en Internet no sólo precisa de la confluencia de elementos visuales y contenidos apropiados. Quienes hacemos cultura debemos cuidar el sentido de identidad y pertinencia de nuestra labor, destinada a la formación de la generación nueva, que hoy dedica parte importante de su tiempo a estas redes. Nuestra identidad es también vista y valorada por muchos ojos “desde el más allá”.
Innovación es la palabra del día. Enfrentar su reto es asumir que existen paradigmas culturales diferentes; caminos novedosos para la comunicación, formas diversas de entender la creación, y un sinfín de posibilidades para interactuar. Las “expresiones” de ida y vuelta han convertido al universo 2.0 en aliado perfecto para el desarrollo de quienes se dedican al mundo del arte y la cultura: instituciones, empresas, promotores, artistas…
El reto de estos tiempos supone el replanteo de los usos y funciones de la tecnología disponible - para todos los públicos- en la red de redes. Las instituciones culturales deben asegurar que los accesos a sus capacidades concretas tengan un paralelo en el medio digital. La comunicación de productos y servicios es tan solo un camino. Hay otros, crear contenidos para formatos móviles; cursos, talleres, conferencias, museos y viajes virtuales, que contribuyan a la formación, apreciación y difusión del arte. Son sólo ejemplos.La democracia y la interactividad, han logrado la preponderancia de Internet. La integración de información que proviene de cibernautas debe ser asumida como un canal eficaz de retroalimentación. Facebook, Twitter, My Space, Youtube, Flickr y otros líderes de las redes sociales, están lejos de ser una moda, constituyen potentes herramientas que, cuidadas, orientadas, dosificadas pueden conducir a excelentes resultados en el trabajo de las instituciones culturales.
La proyección en Internet no sólo precisa de la confluencia de elementos visuales y contenidos apropiados. Quienes hacemos cultura debemos cuidar el sentido de identidad y pertinencia de nuestra labor, destinada a la formación de la generación nueva, que hoy dedica parte importante de su tiempo a estas redes. Nuestra identidad es también vista y valorada por muchos ojos “desde el más allá”.
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